Las personas que han perdido uno o varios dientes, a menudo, se sienten demasiado cohibidas para sonreír o hablar con seguridad. Los implantes dentales ofrecen una opción de restauración y se han utilizado durante décadas como una alternativa permanente y de aspecto natural a las dentaduras postizas removibles y puentes.
El material de los IMPLANTES es capaz de unirse con el hueso que los aloja y generar una fijación biológica y mecánica. Esta integración permite que el implante se comporte como una raíz artificial, capaz de sostener una prótesis de manera firme y estable a largo plazo.
La odontología moderna ofrece diferentes tipos de implantes dentales capaces de responder a las necesidades particulares de cada persona. El diseño, el tamaño, la ubicación, el material y la profundidad de cada aditamento varían según los casos. El estudio minucioso de cada paciente permite ofrecer el tratamiento más adecuado para rehabilitar la sonrisa de manera eficaz y duradera
Se llaman implantes intraóseos o endoóseos a aquellos dispositivos que se colocan en el espesor de los huesos maxilares. A través de una cirugía se insertan unos aditamentos especiales -con forma de tornillo, lámina o cilindro- que son capaces de combinarse con el tejido óseo e integrarse al mismo. Este fenómeno, conocido como osteointegración, es el fundamento principal de este método de rehabilitación.
El material de los tornillos es capaz de unirse con el hueso que los aloja y generar una fijación biológica y mecánica. Esta integración permite que el implante se comporte como una raíz artificial, capaz de sostener una prótesis de manera firme y estable a largo plazo.
Para poder colocar los implantes en el interior del hueso, es necesario que el tejido óseo del maxilar cuente con un espesor suficiente y una calidad adecuada.
Los implantes dentales que se colocan en la boca pueden estar confeccionados de diferentes tipos de materiales. Los aditamentos de titanio son los más comunes y utilizados.
El titanio es un metal duro y liviano que puede osteointegrarse al maxilar, dándole al tratamiento la fijación firme y estable que lo caracteriza. Además, es biocompatible, lo que favorece la unión del implante con las células del cuerpo, siendo raros los rechazos. Ofrecen tasas de éxito clínico de hasta el 99 % a los 10 años.
Otro material con el que pueden confeccionarse los implantes dentales es el dióxido de circonio o zirconio. Se trata de un metal de alta resistencia
Tienen la particularidad de unirse al hueso maxilar a través de un mecanismo llamado biointegración. A diferencia de la osteointegración, que es la unión mecánica que se produce en los implantes de titanio, el zirconio se une de manera química con el tejido óseo. Este tipo de conexión entre la superficie del hueso y la superficie del implante es mucho más intensa y se produce en menos tiempo.
Estos implantes son de utilidad en pacientes alérgicos al titanio o que demandan una estética exquisita.
Otra de las variaciones en los aditamentos que se colocan en los huesos para sostener las prótesis dentales es el largo de los implantes dentales.
Otra de las variaciones en los aditamentos que se colocan en los huesos para sostener las prótesis dentales es el largo de los implantes dentales.
· Tradicionales: suelen medir unos 10 milímetros.
· Cortos: miden menos de 8 milímetros. Gracias a los últimos avances odontológicos se han desarrollado implantes dentales menores a 7 milímetros e incluso hasta de 5. Estos aditamentos diminutos, también conocidos como mini implantes, se integran al hueso maxilar y pueden estabilizar una dentadura postiza o servir de anclaje en tratamientos de ortodoncia. Tienen la ventaja de colocarse mediante técnicas menos invasivas.
· Largos y extralargos: con un mayor tamaño que los convencionales, se utilizan para zonas que requieran un mayor anclaje o en sitios lejanos al arco dental, como los implantes cigomáticos.
Los implantes cigomáticos son un tipo de tratamiento que permite dar respuesta a situaciones en las que la pérdida de hueso es tan extrema que es imposible colocar implantes convencionales en el maxilar. Se trata de una alternativa eficiente para casos de atrofia maxilar severa.
A través de tornillos especiales y cirugías más complejas, se insertan los aditamentos en el malar o cigoma, una zona ósea mucho más estable y firme, capaz de servir de anclaje a las prótesis. El implante se coloca de manera diagonal en el hueso cigomático, que es el arco óseo que constituye los pómulos.
La ventaja de estos tejidos óseos es que no se reabsorben, asegurando un anclaje adecuado a largo plazo.
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